jueves, 11 de octubre de 2007

TEMA CENTRAL


En la foto de arriba el doctor Gustavo Alberto González, médico del asilo; y en la de abajo doña Nely Roca Seremeño de Ramírez, Directora de la Junta Protectora del Asilo de Indigentes
Asilo de indigentes
Casa de realidades y milagros


J. Rodolfo Custodio G.
Revista POLEMICAxela


En la edición de agosto del presente año, publicamos un artículo titulado "Los indigentes ¿Qiuén por ellos?" y aludimos al Asilo de Indigentes y Hogar San José de esta Ciudad.
La intención primaria fue dar a conocer cómo aumenta alarmantemente el número de indigentes en nuestra Ciudad y quisimos conocer el funcionamiento del Asilo en mención.
Lamentablemente no logramos nuestro objetivo y el caso tomó otra óptica, en la cual nos referimos a la digna directora del Asilo de una manera incorrecta.
Después de una carta aclaratoria que ya publicamos en la edición anterior, nos propusimos conocer de cerca el Asilo y fuimos atendidos muy amablemente por su directora.
Venimos ahora a relatar a nuestros lectores el drama de una vejez dolorosa y solitaria que es aliviada de manera cristiana y entregada por dos damas que son las que quedan de una Junta Directiva que principió a fungir por nombramiento de quien fuera el alcalde Luis López Maldonado.
Creemos una obligación de ciudadanos, un compromiso de periodistas y un desagravio a quienes han consagrado su vida convirtiendo aquel caserón viejo lleno de ratas y de pulgas, donde los patios y hasta las habitaciones eran de tierra, en un edificio moderno y funcional que proporciona dignidad a los viejecitos que viven allí.
Sin embargo, quitándole los inadecuados epítetos proferidos a la directora, persiste la nota periodística en su valor intrínseco: la mendicidad y los indigentes son abandonados por una sociedad cruel y egoísta, mientras que el gobierno simplemente no cumple con sus obligacoines y la municipalidad, en vez de ayudar al asilo, le cobra hasta la luz y el agua, sabiendo que no cuenta con fondos y que se sostiene con la ayuda de los quetzaltecos sensibles.
La Dirección de POLEMICAXELA.
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El Asilo de Indigentes y Hogar San José, está a cargo de la digna dama Nely Roca Sermeño de Ramírez, Directora de la Junta Protectora; y de la Tesorera Carmen Leonor Estrada M., únicas que permanecen de una junta directiva que principió a fungir a finales de la década de los 90 y que trabajan con toda entrega y ad honórem.
La institución tiene capacidad para hasta 20 asilados, por el número de camas y espacios físicos. Actualmente hay dieciséis, doce hombres y cuatro mujeres, algunos referidos por el Hospital Regional de Occidente, donde son ingresados por sus familiares y abandonados allí.
Los ancianitos llegan para siempre al asilo, hasta su muerte. Lo adoptan como su hogar. Actualmente les piden una cédula o una fe de edad para sus certificaciones, incluyendo la mortuoria. A veces no la tienen ni saben quienes son, como el caso de uno a quien pusieron por nombre Sebastián, que no habla ni sabe su nombre ni tiene documento alguno. Ingresó después de un grave accidente.
Otro – Oscar- que no tiene edad para asilarse (44 años), pero después de un accidente, lo remitieron del hospital Regional, y actualmente está parapléjico y no tiene familia. Es un caso de humanidad, dice doña Nely.
El asilo tiene como mística recibir a hombres y mujeres en edad avanzada 60 - 70 años que no tengan familia o que sus familiares los hayan rechazado. Se les hace una evaluación médica y se constata su necesidad extrema y entonces se les acepta, si hay espacio para ellos. No se aceptan alcohólicos ni drogadictos porque causan severos problemas: golpean a los demás, tratan continuamente de escaparse y alteran el orden. También, por medidas de moral, se piensa que en un futuro próximo, solo se aceptarán varones, ya que la atención de las mujeres es mayor en todo sentido y no hay personal para ello.
La forma de ingreso es por referencia del Hospital Regional de Occidente o de otro hospital nacional, o en un 90 por ciento, por los mismos familiares que los llegan a dejar comprometiéndose a asistirlos afectivamente. En este último caso –dice la directora- llegan uno o dos meses y por regla general se ausentan para siempre o por largas temporadas y dejan a sus familiares indigentes a merced del asilo.
De las atenciones
El asilo proporciona -además de cuartos con baño, camas higiénicas y ropa limpia, alimentación atendiendo los requerimientos del médico del asilo que tiene control permanente sobre ellos, clínica médica, cocina, comedor, una oficina administrativa, una lavandería, una bodega, apartamento de la señora que cuida el edificio, ambiente oxigenado con patios jardinizados y corredores amplios y ventilados- un programa de terapia ocupacional a cargo de estudiantes de la carrera de Terapia Física y Ocupacional de la Universidad Rafael Landívar, bajo la supervisión de la licenciada Maribel Álvarez.
Los ancianitos, pues, tienen todas las comodidades que pueda requerir una persona, además del cariño de doña Nely y de Carmencita Leonor Estrada, su compañera permanente en la lucha y el servicio, desempeñando el cargo de Tesorera. Ellas llaman por su nombre a cada uno de los ancianitos, platican con ellos y los tratan con ternura y comprensión, no obstante los ancianitos muchas veces son caprichosos e incomprensibles.
"Aquí el credo es Cristo, pero a nadie se le cierran las puertas", enfatiza la señora de Ramírez, quien dice pertenecer a "Las Madres de la Cruz" (Iglesia Católica) al referir que en una ocasión la Iglesia Mormona envió a cien jóvenes para que realizaran la labor que les impusieran y ella, con la cooperación de la señora Lucía de Ibargüen quien consiguió una donación de pintura de sus ex compañeras de estudios, logró que se pintara todo el edificio. En esa misma fecha una iglesia evangélica de Almolonga llevó varios canastos de comida y después de realizar un culto, los repartieron a los ancianitos y a los jóvenes que pintaron el edificio. ¡Un verdadero milagro, la multiplicación de los panes, las iglesias juntas por el amor al prójimo! relata conmovida.
Presupuesto
Con un sinnúmero de carencias económicas que las van cubriendo por donaciones permanentes y otras eventuales, el asilo, no obstante debe cubrir mensualmente los siguientes gastos mínimos:
Alimentos………….. Q3500.00
Personal administrativo…….. Q4000.00
Luz y agua…………………… Q 300.00
Total de egresos por mes: Q7800.00

El asilo no es nuestro, enfatiza doña Nely, es de Guatemala y para los quetzaltecos y son los quetzaltecos y la iniciativa privada quienes lo sostienen, porque no recibimos estipendio alguno del gobierno central a partir de que tomó posesión el presidente Alfonso Portillo, pues nos quitaron una pequeña suma que nos daban. Tampoco la municipalidad que nos nombró desde 1989 para conformar la junta directiva nos da ayuda económica alguna; inclusive nos cobra la luz y el agua y los demás servicios públicos.
Clínica médica
El Dr. Gustavo Alberto González presta sus servicios como médico del Asilo de Indigentes. Son pacientes seniles que han sido abandonados y no cuentan con familiares ni recursos, informa.
Las patologías más frecuentes aquí son insuficiencias cardiacas, hipertensión, diabetes, desnutrición crónica del adulto, secuelas de infartos cerebrales.
La debilidad más notoria es la falta de fármacos debido a que en su mayoría todos toman medicamento para la hipertensión, cuyo costo es elevado y no se encuentra en las farmacias de Proam pues son de marca.
Nuestra fortaleza es que contamos con amigos que colaboran con nosotros, colegas que nos envían muestra médica a efecto de hacer nuestros pequeños lotecitos y poderlos suministrar a los pacientes porque no contamos con partida para esas compras.
Nosotros tenemos la buena intención de hacer bien las cosas y darles a estas personas el mejor trato que se pueda, de buena calidad y con el mejor esmero y dedicación.
Cuando me invitan a algún establecimiento educativo a dictar una conferencia, al final de la misma les paso mi petitorio de medicamentos para el asilo y he logrado muy importantes donaciones que nos vienen a aliviar un poco.
El facultativo realiza una visita periódica tres veces por semana, dos veces al día y se mantiene "de llamada" debido a que los pacientes se descompensan de un momento a otro y a veces mueren y hay qué extender la certificación correspondiente.
El doctor González dice que en ocho meses que tiene de trabajar para el asilo, donde le pagan sus honorarios, se siente agradecido con la vida por las experiencias vividas a diario con los ancianitos y poder dar un servicio. "El paciente que tengo, si no está a cinco estrellas, está muy bien atendido en estas instalaciones, con todos los requerimientos para su edad como para el clima de nuestra Ciudad".
Hace una reflexión encaminada a la juventud para que piensen que llegará el día en que tendremos las molestias de una edad avanzada. Si sembramos ahora, cosecharemos adelante, sentenció, a la vez que pidió a los jóvenes que piensen en su futuro y que desde este momento tienen qué prever la vejez y dejar los recursos para no pasarla en soledad y pobreza, aun cuando -dijo- nadie está libre de terminar en un asilo y ello no lo denigra de ninguna manera.
Finalmente solicita que las personas que puedan donar medicina, lo hagan, porque siempre habrá necesidad de aplicarla a los ancianitos para aliviar sus dolencias físicas.
Un privilegio
Doña Nely de Ramírez, a interrogación nuestra, dice sentirse escogida por Dios para realizar una labor que le llena profundamente y le hace feliz, además de sentir cómo las bendiciones sobreabundan en su círculo familiar. El asilo es una maravilla porque nos da satisfacciones a través del servicio a Quetzaltenango y por amor a Guatemala, asegura.
POLEMICAXELA llama al amor y al buen corazón de los quetzaltecos y les pide donaciones permanentes, pues, son necesarias y si los quetzaltecos se unen, podrá cumplirse una labor humana que bien la merecen los ancianitos que han sido olvidados por sus familiares y por la sociedad.
Asimismo reitera a las autoridades de gobierno y a la municipalidad de Quetzaltenango, la obligación ineludible de ayudar a esta institución; recordándoles, además, el deber que tienen de atender a los indigentes que están por las calles, ya que el Asilo es reducido y sus capacidades las emplean para quienes tienen la fortuna de encontrar un hogar dónde terminar su existencia terrena.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por la nueva edición está excelente. Adelante y bendiciones para su vida y su empresa periodística.