martes, 30 de agosto de 2022
HARRY’S CORNER
La naturaleza de la sofistaria
Harry Thomas Danvers
Las escuelas fueron: la filosofía, la música, el arte, la
matemática, el retórico y la sofistaria. Quizás esto último fue
lo más importante, porque incluye las otras escuelas y fue la base
para entrenar a los dirigentes demócratas.
Cuando Atenas introdujo el proceso democrático, este tenía que
ser abastecido con la instrucción de la retórica y la filosofía. Los
dirigentes tienen que razonar, introducir su punto de vista, y este se
realizó con la repetición.
En realidad, los sofistas basaron su sabiduría en la
opinión de uno, o sea su percepción de la vida no tenía una verdad
absoluta y todo era relativo a la manera de cada uno.
Protágoras (490-420 B.C.E.) fue el primer sofista. Él
enseñó que la virtud puede ser enseñada, pero no había dioses, porque la
vida era demasiado breve, para entender el misterio de todas las cosas. El
hombre fue la medida de toda la existencia.
Otro sofista llamado Gorgias, era el primer Nihilista. Esta
filosofía fue desarrollada en Rusia y redactada por el escritor Fyodor Dostoievski
en su novela Los Demonios. Los Nihilistas creían que nada existe. Si algo
existe no puede ser conocido, porque si pudiera ser conocido, su
esencia no puede ser explicada.
Los Sofistas eran maestros, quienes viajaron a los
otros republicas democráticas, para enseñar su filosofía. Ellos fueron
bien recibidos por los políticos y los aristócratas, quienes
solían mandar a sus hijos estudiar con ellos para entender la forma para
dirigir una democracia.
Todo funcionó bien hasta que Sócrates llegó a cuestionar
su validez. A él no le gustó su escepticismo, ni el relativismo, que
insistía la Sofistaria. Sócrates estaba de acuerdo con
la idea que la virtud podía ser enseñada y este conducto moral era la
mejor manera de conducir la existencia de uno. No le gustó el escepticismo, ni
el relativismo de los Sofistas, pero reconoció su experticia en lo
retórico. Cuando su manera de cuestionar los motivos del gobierno democrático,
ellos decidieron que Sócrates era culpable de corromper la
juventud de Atenas y lo condenó a la muerte. El gobierno usó la
decepción, con su lógica y razonamiento. El delito de que culpó a Sócrates,
fue una mentira, pero el gobierno sentía que estaba creando un antagonismo contra
ellos.
Al final, Sócrates tomó la cicuta, y el gobierno siguió declinando. El
alumno más famoso de Sócrates, Platón, dejó Atenas, muy apenado del
ambiente que quedó de luto, ante la ausencia de un hombre tan noble como Sócrates.
Para mí la sofística tiene dos caras. Una es el conocimiento
clásico de debatir los asuntos con razonamiento, mientras el otro
lado es la Sofisma que no tiene un propósito fijo y por lo tanto se puede
usar para lo malo o lo bueno, indiferentemente.
Así, es la ciudadanía la que debe reconocer la diferencia.
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