Harry’s corner
¿Cuál es la felicidad?
Harry Thomas Danvers*
e las formas
multilaterales, que podemos aproximar esta pregunta, yo he tratado de reunirlas
en dos categorías: material y espiritual.
Tomando en cuenta lo primero, me recuerda algo que me contó un
estudiante de español que estudió en mi escuela. Me explicó que era
aficionado de los carros y una vez tenía la visión de tener un BMW y
decidió hacerlo. Así empezó una austeridad que
dominó su existencia por cinco años. Fue recompensado, cuando la agencia
alemana entregó las llaves de un nuevo BMW... ¿Y cómo lo sintió? Le pregunté y me contestó: decepcionado y
por lo tanto un poco triste...
Quiere decir que las metas materiales son capaces de realizarse, si
se hace el sacrificio, pero cuando pasa de la necesidad básica a un lujo
superfluo, la decepción es pronunciada porque intrínsecamente el
individuo sabe que el exceso trae problemas repentinos e inesperados.
Los países industrializados tienen el materialismo como su meta
primordial y los países del tercer mundo están dispuestos a
imitar la misma plegaria. Yo digo plegaria porque el individuo tiene una
inclinación a caer en la decepción que poco no es nada y no hay fin
de lo que es mucho. Esta crónica es dañina tanto para uno, como para la
sociedad y seguramente no trae la felicidad.
Con respecto a la espiritualidad, tenemos muchas religiones
predicando la felicidad y cada uno cree en su forma de
alcanzar este punto celestial, aquí en la tierra. Una muestra de
esto, encontramos enormes estructuras, a través de los milenios y sigue en
el día de hoy. Iglesias como la de Cash Luna o Lakeland de Dallas, Texas.
Hay parqueos para cientos para los carros y asientos alfombrados.
Pantallas gigantes que muestran a los predicadores como gigantes, en una
forma de amplificar su santidad. No me parece que esta sea una forma
de la espiritualidad.
Mi manera personal de pensar es buscar una localización completamente
aislada de las cosas temporales, sin ruido y lleno de
contemplación sincera. De ahí puedo pensar en mi pasado, presente y
el porvenir. Esto no tiene precio ni explicación, salvo que es la esencia de la
felicidad.
*El contenido y redacción obedecen exclusivamente al autor.
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