miércoles, 2 de junio de 2021
EDICIÓN DE JUNIO DE 2021
HARRY’S CORNER
Otros planetas...otros
mundos
Harry Thomas Danvers *
Sólo contempla las estrellas, podemos fijar, matemáticamente,
que es imposible creer que el planeta tierra, es el único lugar que tiene
la vida. Entonces hay que reconocer otros planetas y otros mundos y quizá tratar
de hacer una comparación entre nosotros y ellos.
En primer lugar, tienen que estar mucho más adelantados
que nosotros, debido a que ellos pueden venir acá mientras que nosotros no
podemos llegar más lejos que nuestra luna. Si es así, entonces se
adelantaron a niveles incomprensibles para nuestra especie.
Sin embargo, podemos imaginar varias comparaciones, puede ser que su planeta esté unido,
funcionando con sus componentes diferentes en armonía.
En esta forma se enviaron expediciones interplanetarias, para
conocer otros planetas y otras habitaciones. Algo como: ¿De qué
planeta es Ud.?...Yo soy del planeta tierra...Podría ser
nuestra respuesta, si estamos unidos en un pueblo global.
Obviamente es sólo una suposición, pero el resultado es positivo.
Otro avance pudiera ser que, como están unidos, se
eliminaron las guerras, porque no hay enemigos. Qué bonito sería que nosotros
pudiéramos llegar a este mismo nivel de la existencia.
Entonces vamos a hablar del avance tecnológico. Algunas
fuentes dicen que lo que tenemos hoy, fue prestado por otros planetas,
quienes nos visitaron en épocas pasadas. Quien sabe, pero es obvio
que la alta tecnología nos ha ayudado mucho en facilitar la vida. Después
de todo, este fue el propósito principal para desarrollar la ciencia.
La historia indica que el avance científico es más rápido
que el avance sociológico, pero sí trabajamos juntos, podemos compartir los
avances tecnológicos, en vez de hacer una competencia estéril, lo que tenemos
hoy.
Hay millones de personas en el planeta que confirman
que han visto los OVNIS, o aparatos que no son de aquí. Ellos no
nos atacaron, aunque obviamente lo pueden hacer. Así, tal vez vienen en paz. Es
posible que nos estén observando, para ver a dónde vamos a llegar con nuestro
planeta, sin intervenir con nuestra propia voluntad.
Algún día, quizá, podemos comprobar que
nuestro futuro incluye otros planetas y otros mundos.
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*La redacción y los conceptos obedecer a
su autor.
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A la retahíla de absurdos relacionados con el pésimo manejo de la pandemia en Guatemala (no precisamente por parte de los compañeros salubristas) tenemos que sumar la necedad de muchas personas que, pudiendo vacunarse, no quieren hacerlo.
Y como sobre llovido mojado, muchos fanáticos religiosos se han dado a la tarea de recriminar a sus pastores por haberse vacunado y de increparles que no confían en Dios y sí en los hombres. Y en su cortedad mental, para ellos, eso no es cristiano.
No debería extrañarme esta sarta de insensateces porque, a la luz de la documentación histórica, estas siempre han existido durante la evolución de las pandemias. Pero que en pleno siglo XXI aparezcan feligreses reprendiendo a sus p...
Y como sobre llovido mojado, muchos fanáticos religiosos se han dado a la tarea de recriminar a sus pastores por haberse vacunado y de increparles que no confían en Dios y sí en los hombres. Y en su cortedad mental, para ellos, eso no es cristiano.
No debería extrañarme esta sarta de insensateces porque, a la luz de la documentación histórica, estas siempre han existido durante la evolución de las pandemias. Pero que en pleno siglo XXI aparezcan feligreses reprendiendo a sus pastores por haber tomado el camino correcto (ser un ejemplo de liderazgo) no tiene nombre. Me recuerdan a los flagelantes del siglo XIV y a las personas que preferían comprar pomitos con tinieblas de la eternidad (que les vendían timadores como un supuesto remedio) en lugar de hacer caso a los médicos, que ya en aquella época preconizaban el lavado de manos, el confinamiento, el distanciamiento físico y el uso de tapabocas y narices como acciones preventivas para no contraer la peste.
Desconcierta también observar algunas fotografías de ministros religiosos (publicadas en redes sociales) dirigiendo grupos numerosos de feligreses sin distanciamiento, sin mascarilla y en una postura desafiante de las indicaciones de los funcionarios de salud pública. No sé quién ha pecado más: si los alcaldes que hicieron campaña adelantada aprovechándose de las desgracias de la gente afectada durante las tormentas Eta y Iota o estos malos líderes que confunden a sus fieles haciéndoles creer que un acto cultual masivo (donde prevalecen las emociones sobre el discernimiento) los librará de contraer la infección provocada por el SARS-CoV-2.
Yo soy católico practicante y fui formado como médico en la más pura expresión de la medicina occidental. Y puedo asegurar con toda solvencia que esa definición tan sencilla que san Anselmo de Canterbury (filósofo y padre de la escolástica) preconizó en el siglo XI acerca de la teología no pelea con la ciencia. San Anselmo decía: «Fides quaerens intellectum». Argüía de este modo que la fe buscaba la razón y no se contraponía a esta. Según el teólogo Octavio Ruiz Arenas: «El punto de partida es la fe y el de llegada el entender; entre esos dos puntos sitúa la questio, el preguntar, la búsqueda ilimitada de lo creído, del por qué y cómo se cree».
¿Hay acaso dónde perderse en estas lecciones? La fe no puede estar en contra de la razón, jamás. Menos en este siglo.
Pero, fuera de los ámbitos meramente religiosos, yo me he preguntado a quién beneficia tanta noticia falsa. Aparecen páginas completas, links, discursos y falsos argumentos cuestionando el efecto de las vacunas y los beneficios de los antivirales. Y en el peor de los casos atribuyen esos argumentos a médicos mundialmente reconocidos. Y mientras estos aclaran que ellos no son la fuente de tanta mentira, mucha gente —particularmente originaria de los países tercermundistas— cree la noticia a pie juntillas.
Como respuesta me viene el recuerdo de aquellos seres humanos que tienen terribles vacíos en su yo interno. Entre ellas, los vacíos de bien, de verdad y de vida.
¿Por qué tienen esos vacíos? La respuesta no es grata: las causas son su egoísmo y su ambición, insanos deseos que generan en su psiquis cualquier cantidad de actos para mantenerse empoderados sobre sus prójimos. Ahora, a través de fomentar la incertidumbre y la ignorancia.
Estimado lector, confíe en la ciencia. Por el amor de Dios, vacúnese y sea feliz. No haga caso a las noticias falsas que provienen de personas miserables que desean tenerlos a usted y a los suyos en un estado de angustia de existencia (quizá para explotarlos mejor).
Hasta la próxima semana.
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