martes, 14 de octubre de 2008

POR LOS CAMINOS DE MI TIERRA



Vivencias de El Petén



Prof. José Antonio Méndez
mechitas1939@yahoo.com


Ahora nos transportamos nuevamente a nuestro bello “extremo norte”, a El Petèn (así nos reclaman los peteneros, ¡se dice El Petèn, no simplemente Petèn!). Bien, el domingo 24 de agosto bajamos, de Flores al embarcadero frente a la población de San Miguel. Allí abordamos la lancha de Don Marconi una fina persona y lanchero experimentado del Gran Lago. Cruzamos la travesía entre Flores y San Miguel en menos de diez minutos. Esta población se encuentras a orillas del Lago Petén – Itzá en la ribera occidental. San Miguel fue el asiento de la antigua Tayazal, población del Mundo Maya donde reinaba el ùltimo de los Itzàes, el Rey Canek. Los Itzáes resistieron la conquista de los españoles durante mías de doscientos años hasta que en el año 1697 el Capitán Arismendi súbdito de la Corona Española, invadió y conquistó a los Itzáes. Mas tarde, religiosos españoles misioneros se encargaron de cristianizar a la población indígena y a consolidar la pacificación.

Bueno, suficiente de historia. Ustedes pueden consultar más datos acerca de nuestra historia, principalmente en el Volumen I de “Historia de Guatemala” editada por los Amigos del País. San Miguel es una población muy pequeña, quizás tendrá unos dos o tres mil habitantes. Al nomás bajar de la embarcación se respira un airé de tranquilidad, no se ven automotores aunque sí hay una conexión vía terrestre. Más tarde vimos dos autobuses en la Plaza, futbolistas que venían de otros lugares. Sin embargo, a toda la orilla se ven lanchas, grandes y pequeñas así como cayucos de madera impulsados por remo. Parece que los lugareños se dedican a la pesca y a extraer materiales del bosque que rodea la población. Ésta es parte de las áreas protegidas del país. Hay un mirado donde se encuentra una estructura arqueológica la cual no pudimos subir debido a un impedimento en nuestros pies, pues hay que caminar un trecho considerable. Nos dicen que desde allí se divisa toda la extensión del Petén – Itzà. También, adentro del bosque se pueden ver monos aulladores y zaraguates asì como tucanes y otros animalitos de la selva. El calor en estos lugares es omnipresente asì es que buscamos un lugar donde refrescarnos. Lastimosamente, un lugar tan bonito y tan promisorio para el turismo no ha sido ni siquiera explotado. Solamente hay un restaurante el cual sirve con indolencia e indiferencia a un visitante, quizàs porque somos nativos de Guatemala, a los extranjeros se les trata mejor pues traen los preciados “greenbaks.”· Sin embargo, pedimos “carne de monte” y nos dieron un delicioso plato de tepezcuintle, una animalito que ha sido cazado y depredado durante años. De todos modos, no queremos ser parte de la depredación, asì es que será la ultima vez que consumimos esa belicosa carne. No había otro plato, el arroz era mazudo y la verdura vieja y maltratada. Qué pena que los Guatemaltecos no aprecien lo que tienen en sus manos. Ésta misma mañana tuvimos que protestar en un restaurante donde nos querían estafar con un pésimo y vulgar desayuno, ¡en la misma calle principal de Flores!

Luego dimos una vuelta por el poblado bajo un fuerte calor de 35 grados, y caminamos hacia uno de los embarcaderos, allí encontramos nuevamente a Don Marconi. El Lago estaba apacible y soplaba un viento refrescante. Este amable señor nos comentó que él tiene muchos familiares tanto en San Miguel como en San Benito. Sus apellidos son también Pinelo el cual es originario de El Petén; nos cuenta, pues, que tiene muchísimos parientes de esa rama familiar. Nos gusta platicar con la gente de acá, son nuestros verdaderos paisanos y no somos turistas que permanecemos solamente unos días. Ya tenemos ocho meses en este bello departamento y estamos conociendo mucha gente y haciendo buenas amistades. Mencionaremos algunas de ella: Aníbal, conductor y propietario de un Tuc-tuc quien nos transporta de un lado a otro, Freddy igualmente dueño de un mototaxi, Jerónimo quien tiene un hermoso taxi e Iván quien acaba de adquirir también su propio taxi. Luego está Walter López, un gran amigo y propietario de la mejor tienda típica de Flores, Ricardo Novales gran persona y amigo dueño de A Bordo el mejor Grill and Restaurant de la Isla, nuestro gran amigo Wilder quien ahora trabaja para Contraparte, Nelvis dueño de los Transportes Sofía del Carmen que viajan a Las Cruces, Meme Obando gran maestro y director del Instituto Técnico en Flores, Jenny dueña del Internet Tayazal, Margarita en El Pacal, Mildreth en Hotel Santa Elena, Cristian en San Miguel, Don César quien nos lleva las cuentas, etc., etc.

¿Cómo pasamos un domingo en estos lugares? Depende de nuestros gustos, es un día para descansar de las tareas diarias. Debido a las altas temperaturas, pocas personas permanecen en sus viviendas. Vemos como la mayoría de peteneros salen a pasear, a las orillas del Lago, a El remate (al final del Lago), a San Pancho bello poblado al oriente de San Benito, a Santa Ana, a San Juan, etc., etc. Solamente los ancianitos y ancianitas se quedan a la orilla de sus viviendas con un sopladorcito abanicándose del calor. ¡Nuestra vecina de enfrente tiene 101 años y su cuñada 86!

No hemos mencionado la falta de buenos restaurantes populares en la Isla, las personas de aquí todavía no han aprendido lo básico de la atención al cliente. La mayoría de lugares para comer son de baja calidad, nos dan margarina en vez de mantequilla pura, mayonesa en vez de crema, platanitos bañados en grasa o frijoles recalentados y, para rematar, café Incasa. ¡¿Qué barbaridad, no?! Así es que, por hoy dejamos nuestro recorrido por estos caminos de nuestra tierra. En la próxima nos internaremos en la ciudad de Santa Ana y San Francisco (San Pancho). Au Revoir, O Ba´, Chuz, Farewell, Adiós.




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