martes, 2 de febrero de 2021
HARRY’S
CORNER
La aurora
oriental
No despertéis al dragón dormido...
fueron las palabras de Napoleón, cuando estaba en el camino para conquistar
la India. Estaba refiriéndose a China. Napoleón no logró conquistar
la India y La China sigue durmiendo. No fue despertada hasta mediados del
siglo diecinueve, con la Guerra del Opio.
Los chinos descubrieron que el poder estaba en el lado de la fuerza.
Esta lección seguida de la destrucción del país con una guerra
tras otra hasta mediados del siglo veinte, cuando apareció Mao Tse-Tung.
La guerra estaba en contra de Las
Nacionalistas, dirigidas por el Generalísimo Chang Kai-Shek, quien tenía el
respaldo de los EE UU. Aunque tenía todo el armamento militar, el ejército de
Mao Tse-Tung por fin tenía éxito y el Generalísimo fue reducido a fundar
Taiwan, siempre con el respaldo Estadounidense.
Mao salió el dirigente único y en 1966 dictó La Revolución Cultural.
Su meta era destruir los elementos encontrados de la revolución, y de esta
manera reunió a toda la gente.
Mao tse-tung era como Gandhi para
la India, pero la realidad tenía que sacar a su país desde la
oscuridad hasta el mundo moderno. Tenía que saltar de las cenizas a
una civilización nueva... ¡y lo hizo!
Tenía un estudiante, quien era hombre de negocios. Me contó que
una vez fue a Cantón con otro grupo de empresarios Centroamericanos. Me dijo
que Los Chinos produjeron todo, desde agujas hasta maquina pesada. Los precios
fueron moderados, y el único problema fue el transporte. Sirvió mucho el inglés
que aprendió porque todo el mundo hablaba inglés allá.
Así es la importancia en el mundo económico de hoy. Esta
causó un desplome con la dominación norteamericano. El
presidente Trump puso aranceles a los productos chinos y ellos hicieron lo
mismo con los productos estadounidenses. Además China formó el Banco
Oriental, desafiando el dinero universal del dólar Americano.
Ante todo esto Aparicio el virus del pueblo chino en Wuhan...A
pesar que es imposible determinar donde empezó la pandemia
universal.
Tal vez Napoleón tenía razón en no despertar al dragón dormido.
(Las
opiniones y redacción son responsabilidad del autor)
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