HARRY’S CORNER
¿Existe lo invisible?
Harry Thomas Danvers
Sucede que tengo un árbol de eucalipto en medio de mi casa, que
sembró mi señora hace muchos años. Es alto, robusto con ramas fuertes y
pedales medicinales cubriendo el patio con una carpa agradable. Este es visible
y de ahí empieza la miseria en cómo llego a este punto. Ya sabemos
que en el principio fue una semilla, sembrada en un pedazo de tierra.
Estos dos elementos fueron indispensables para el crecimiento del árbol; pero
¿Cuáles fueron las fuerzas de la naturaleza que produjeron este
árbol y de dónde venían? Ahora
estamos llegando al campo de la ciencia, de lo que puede explicar mucho, pero
todavía existen preguntas escondidas en la naturaleza. En otras palabras,
son escondidas aunque sí existen.
Ahora llegamos a nuestro planeta donde vivimos y nos fijamos en el agua y
la tierra. El agua es el elemento del mar, los lagos y ríos. La tierra tiene
islas y continentes y todo está unido por fuerzas invisibles...Yo veo
esta existencia como un niño, maravillado porque no convierte el agua
sobre la tierra y porque no cae el planeta al olvido, en vez de seguir su
órbita predeterminada.
Dejando la ciencia a un lado, muchos conceptos están fuera de la
capacidad humana. Sería una pretensión para imaginar que una máquina,
inventada por el hombre, pueda resolver lo incomprensible. Tiene que aceptar la
realidad de la existencia de lo invisible.
De este punto llegué a contemplar la composición del ser humano.
La parte física está compuesta de elementos complicados,
perfectamente manipulados como una máquina ¿Hecha por? Seguramente no por algo visible. Entonces
pensé en los sentidos y cómo actúan como guardianes del cuerpo. Los
sentidos avisan lo que va a suceder al cuerpo en cómo: oler, tocar,
saborear y sobre todo para ver y oír. Todo esto está gobernado por la
mente, pero nada es visible.
Yo sé que la mayoría de la gente confía solo en lo que se ve, porque
parece más factible que lo invisible. Yo tengo que confesar que he llegado
a este punto de aceptación, cuando mi mente estaba flotando, en busca de una
respuesta de este enigma entre lo que se ve y lo invisible. Entonces,
milagrosamente, encontré algo en el Pentateuco, que me dio algo fijo en
explicar lo invisible. Deuteronomio XXIX:28 dice: Las cosas secretas pertenecen al Señor
Nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros. En
otras palabras, hay que reconocer que lo visible sólo refleja lo
invisible, y todo esto es gobernado por una fuente invisible.
*La redacción y su contenido son
responsabilidad del autor.